Es tiempo de Memorias: la integración de lo cuantitativo y lo cualitativo en el Trabajo Social Sanitario

20 enero, 2014

Para una mayoría resulta fácil explicar lo que hace, pero solo una minoría podría responder para qué ha servido todo lo hecho, en términos de bienestar social y salud. Poco a poco, el «rendir cuentas» de manera cualitativa, acompañando los números de los matices de la realidad, cobra relieve en la conciencia de los profesionales. Sabemos que en el Trabajo Social Sanitario, aquello que «hacemos» trasciende a la vida de las personas que atendemos y a sus familias, trasciende en el uso de recursos y programas comunitarios, trasciende en el buen uso de los establecimientos sanitarios y sociales favoreciendo su función social y trasciende en la transformación de circunstancias individuales y comunitarias. Por ello, este «quehacer» profesional debemos empezar a mostrarlo en términos de «bienestar social y bienestar individual» de las personas enfermas, o en riesgo de enfermar, y de sus familia o allegados. En definitiva, debemos empezar a preguntarnos y, por tanto, contestarnos: ¿Para qué ha servido todo lo que hemos hecho a lo largo del año que queda atrás?

Con el año nuevo en ciernes los Servicios Médicos, de Enfermería, de Trabajo Social Sanitario y otros, sin distinción, se ven inmersos en la elaboración de la Memoria anual.

Sin embargo, como los sistemas de información del sistema sanitario no están pensados dentro del modelo biopsicosocial si no dentro del modelo biomédico la información del Servicio de Trabajo Social Sanitario sufre una gran pérdida de valor en términos cuantitativos, pero en especial, en términos cualitativos. Éste es un hándicap. Por ello, en estas fechas a medida que los administradores y gestores de los diferentes establecimientos sanitarios empiezan a pedir datos del Servicio, comienzan los clásicos agobios de las jefaturas para organizar la información recogida en cada caso social sanitario, comienza su revisión para detectar posibles errores de registro, etcétera. Todo para que la Memoria refleje, lo más veraz posible, lo que ha sido el ejercicio del Servicio a lo largo del periodo circunscrito.

En algunos trabajadores sociales sanitarios, enseguida aparecerán las primeras inquietudes con relación a lo poco que los valores disponibles reflejan el peso de la actividad real, con relación a la falta de los matices y de las cualidades de los diferentes escenarios en los que se ha intervenido. Las Memorias anuales de los Servicios de Trabajo Social Sanitario, a lo sumo que llegan, y las excepciones confirmarían la norma, es a ofrecer valores sobre el número de las personas atendidas, visitas realizadas en la consulta, visitas realizadas en el domicilio, gestiones y trámites con otros servicios, recursos utilizados, y poco más.

Toda esta actividad, todas estas gestiones, ¿para qué han servido en términos de bienestar social de las personas enfermas y por supuesto de sus familias? ¿Para qué han servido en términos de optimización de programas y servicios comunitarios? ¿Para qué han servido a la gerencia y dirección del establecimiento de que se trate, para mejorar su gestión y adecuarla al objetivo de «centrar los servicios en el cliente»? En este caso, el cliente no debe confundirse con el consumidor. El cliente es aquella persona que se encuentra bajo la atención de un profesional que le asesora, le aconseja, le propone.

El siglo XXI, con las tecnologías de la información y la comunicación, las facilidades para el análisis de datos, permite presentar la Memoria anual del Servicio de Trabajo Social Sanitario con todos los matices que la realidad de las personas entraña y con ello se dará un gran paso cualitativo, además de saber qué se ha hecho dentro de un periodo de tiempo, sabremos para qué ha servido lo hecho y quienes se cuestionan para qué sirve el Servicio de Trabajo Social Sanitario, saldrán de dudas.

Barcelona, 20 de enero de 2014 – Dolors Colom Masfret

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Autor / Autora
Dolors Colom Masfret
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